Una sociedad forzada para garantizarle a Milei la fiscalización en Provincia


Una sociedad forzada para garantizarle a Milei la fiscalización en Provincia

Karina Milei durante la reunión para afinar la fiscalización / LLA

En el comando de campaña de Javier Milei están preocupados por la fiscalización de las elecciones del domingo 19. En particular con el control de los comicios en la provincia de Buenos Aires que concentra nada menos que el 37 por ciento del padrón nacional.

Ese peso electoral no es el único motivo de inquietud. También lo es el hecho de que Sergio Massa aspira en territorio bonaerense a sacar una diferencia que lo ponga a cubierto de eventuales, y acaso esperados, traspiés en Córdoba, Mendoza y Santa Fe.

En el oficialismo hablan de llegar al número mágico del 60 por ciento y quedar 20 puntos arriba de Milei. En la Provincia, Massa obtuvo en octubre una diferencia de 17,1 puntos sobre el líder libertario. Diez puntos de diferencia en la elección bonaerense significan casi 4 puntos en el conteo nacional.

 

Macri sumó a dirigentes de su confianza al equipo de trabajo del candidato libertario

 

En el comando de campaña de Unión por la Patria calculan que si Massa consiguiera esa ventaja de 20 puntos en territorio bonaerense, impactaría en casi 8 puntos a nivel país. De esa forma, podrían contrarrestar los previsibles traspiés en varias provincias del centro productivo del país.

En La Libertad Avanza creen que en las generales de octubre tuvieron problemas severos en algunos distritos del Conurbano en materia de fiscalización. La sospecha es que por esos controles laxos o directamente inexistentes, se terminó escurriendo un caudal electoral que hubiera acortado la brecha final con Massa. Números precisos no hay. Sí, sospechas que encendieron luces de alerta.

Fiscalizar correctamente toda la Provincia no es tarea sencilla. Demanda alrededor de 50 mil almas y disponer de una logística que exige un volumen cuantioso de recursos

El acuerdo con el ala dura del PRO liderada por Mauricio Macri tuvo su correlato en materia de fiscalización. El ex presidente puso a varios líderes de su espacio a trabajar en la Provincia y en otros distritos del país para garantizar que los votos que saque Milei se puedan contar y, además, queden efectivamente registrados.

Esa colaboración, sin embargo, generó una guerra de celos entre dirigentes libertarios y macristas que, ahora, en la cuenta regresiva para el balotaje, Karina Milei, la hermana del candidato presidencial, busca desactivar.

Los primeros macristas en sumarse a las tareas de organizar la fiscalización fueron Paula Bertol, quien estuviera a cargo de esa tarea para Patricia Bullrich, y José Torello, senador nacional y dirigente muy cercano a Macri.

Con el correr de los días se incorporaron Jorge Triaca, ex ministro de Trabajo macrista, y Guillermo Dietrich, ex ministro de Transporte y quien hoy coordina al equipo de fiscalizadores voluntarios.

Los contactos con los libertarios para darle volumen a esa tarea tienen varias terminales. Una de ellas es Guillermo Ferraro, quien sería ministro de Infraestructura si Milei llega a la Casa Rosada. Otro de los contactos es Guillermo Francos, uno de los principales voceros del candidato y virtual ministro del Interior. Nicolás Posse, quien sería el jefe de Gabinete, Eduardo Bastitta, un empresario del rubro logístico e inmobiliario que acercó a Macri con Milei, y Sebastián Pareja, armador bonaerense de los libertarios, son otros de los canales de diálogo.

Ayer, en una reunión que se llevó a cabo en un hotel porteño, Karina Milei reunió a la mesa de fiscalización propia. La necesidad de aceitar los controles estuvo una vez más sobre la mesa. También, el escenario bonaerense como territorio clave para lograr que el economista libertario llegue a la Casa Rosada.

Por su parte, Macri empuja a varios dirigentes del PRO para que trabajen activamente en el control de las elecciones. Dos de los nombres clave son Cristian Ritondo y Diego Santilli.

Ritondo ya blanqueó que votará por Milei y está movimiento su tropa para que desparrame su control sobre mesas de votación del Gran Buenos Aires.

Santilli, en cambio, no se pronunció aún. Pero sí mantuvo encuentros con dirigentes territoriales bonaerenses que ya se pusieron a trabajar sobre la fiscalización.

 

Si bien hubo algún sondeo, el radicalismo mantendrá su prescindencia

 

En las últimas horas comenzó a circular la versión de contactos del PRO con el radicalismo para que se sume a los controles. Institucionalmente la UCR ya se declaró prescindente. “Puede ser que en algún distrito algún dirigente ayude, pero no habrá apoyo generalizado”, describen encumbrados dirigentes radicales.



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