En una reñida votación, el kirchnerismo en el Senado consiguió aprobar ayer el discutido pliego de la jueza Ana María Figueroa y dejó planteado un escenario de choque de poderes con la Corte Suprema de Justicia, que había cesanteado a la magistrada al cumplir 75 años y por no contar con el acuerdo del recinto. Algo que, finalmente, logró ayer. Tras un doble empate en 35 votos, le tocó definir a la oficialista Claudia Ledesma Abdala (Santiago del Estero), presidenta provisional de la Cámara Alta que se puso al frente de la sesión ante la ausencia de la titular del cuerpo, Cristina Kirchner. Pese a ello, la Vicepresidenta se hizo con el triunfo desafiando al máximo tribunal y dándole acuerdo a Figueroa por otros cinco años.
“¡La vicepresidenta debería poner la cara y estar aquí! Ella es la que ha forzado esta situación vergonzosa de someter a este cuerpo y a las institucionales a una pelea inútil. ¡Cristina, terminá de someter a los argentinos y a las instituciones a tus problemas!”, gritó el radical Alfredo Cornejo desde su banca y, en uno de los discursos más encendidos de la jornada, acusó: “¡Son negacionistas!”, mientras Oscar Parrilli y otros kirchneristas lo cruzaban: “¡Mentiroso!”.
Previo a la votación, otro que levantó el tono fue el oficialista José Mayans: “En ninguna parte dice que la Corte puede nombrar o destituir a un juez. Es gravísimo lo que pasó acá. Son prerrogativas del Presidente y del Senado. No tienen vergüenza de entregar esas prerrogativas”, se dirigió a los opositores y repartió palos a la Justicia: “¡Tenemos un Poder Judicial corrupto! Con una Corte que interviene el Consejo de la Magistratura, con una ley que está derogada. Es vergonzoso”.
Sin el acompañamiento de Juntos por el Cambio (JxC), el kirchnerismo contó con el apoyo de sus 31 legisladores; tres exintegrantes del oficialismo (la puntana Eugenia Catalfamo, el entrerriano Edgardo Kueider y el jujeño Guillermo Snopek) y la riojana Clara Vega. Otros dos senadores votaron en contra, pero fueron clave para el quórum: el rionegrino Alberto Weretilneck y el correntino Carlos Espínola.
Al kirchnerismo le faltó sorpresivamente la misionera Magdalena Solari Quintana, que dio quórum, pero se ausentó al momento de votar por la continuidad de Figueroa.
Por disposición de la Corte, a principios de mes se le ordenó a Figueroa dejar su puesto en la Cámara de Casación debido a que había cumplido los 75 años sin haber obtenido un nuevo acuerdo del Senado para continuar en el cargo, una pretensión de Cristina Kirchner que el máximo tribunal echó por tierra.
Figueroa es una de las juezas que, junto a Diego Barroetaveña y Daniel Petrone, debía resolver si se reabrían o no las causas contra la Vicepresidenta como Hotesur/Los Sauces y el Memorándum con Irán, las cuales finalmente fueron reabiertas semanas después de la decisión de la Corte sobre la magistrada.
En este contexto, y con un temario que incluía 32 pliegos judiciales más (aprobados en forma unánime), la ley de alquileres, la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, la creación de cinco universidades y un proyecto para bajar las tarifas de luz, entre otros, Cristina Kirchner consiguió finalmente habilitar la sesión con un quórum de 38 senadores. Recién entonces ingresaron al recinto los legisladores de JxC, a los que la Vicepresidenta saludó con ironía: “Buenas tardes ¿Cómo les va? ¿Qué tal? Tanto tiempo”, aludiendo así al casi medio año que la Cámara llevaba sin sesionar. Tras ese breve saludo, la titular del Senado se retiró, le dejó el lugar a Abdala y ya no regresó.
Al inicio del debate, la senadora oficialista Anabel Fernández Sagasti defendió la iniciativa de mantener en su puesto a Figueroa: “El Senado siguió el reglamento, se la llamó a audiencia pública, no existió ni una sola oposición a su postulación, ni una observación cuando vino a la audiencia. La magistrada contestó con holgura y con datos acerca de las preguntas de la oposición, muchas en tono de chicana”, señaló y cargó contra la Corte que, dijo, “se entromete con prerrogativas que son exclusivas del Senado. Con otros jueces hemos votado para que sigan en su cargo, como el caso de Silvia Mora, hubo casos de que ocho meses después hemos dado la aprobación, espero que los colegas senadores acompañen estos 33 pliegos que hace mucho que están esperando”, reclamó.
En la vereda de enfrente, se acumularon los cuestionamientos opositores. “Saben que les queda poco tiempo y no sólo están dejando una bomba económica sino que también hacen los últimos ajustes en la agenda de la impunidad”, apuntó la porteña Guadalupe Tagliaferri.
“Estamos planteando un absurdo. Después de la sentencia de la Corte todos sabemos que lo de Figueroa es abstracto. Estamos discutiendo una cuestión que no existe”, opinó Luis Juez, mientras el riojano Julio Martínez advirtió: “Están haciendo una salvajada”.
El Senado funcionó ayer por segunda vez en el año, después de cinco meses y medio sin actividad. La primera (y, hasta ayer, última) sesión había sido el 13 de abril. La Vicepresidenta intentó retomar el debate en dos oportunidades con el objetivo de tratar el pliego de Figueroa, pero esas sesiones se cayeron al no poder reunir quórum que finalmente consiguió ayer.
Tras la aprobación del Senado se abre un escenario de conflicto de poderes con la Corte
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