Los mercados financieros vivieron un año de fiesta durante este 2023 especulando con un eventual cambio de gobierno en diciembre y la consecuente orientación favorable a reformas profundas respecto al régimen vigente.
Ningún segmento de activos financieros estuvo afuera del rally, ya que prácticamente subieron todos: acciones, bonos en dólares y deuda en pesos.
El Merval en dólares llegó a subir casi 66 por ciento en dólares desde principios de año medido contra el último pico de la semana pasada.
La confirmación de este ciclo alcista, aun luego de las PASO, se debió a tres razones.
La primera: llegó la ayuda del FMI y ayudó a poner piso a la espiralización post devaluación.
La segunda: se leyó positivamente que la mayoría del electorado apoyara el giro pro mercado de las distintas propuestas (incluidas las del candidato de Unión por la Patria, alejado ya del credo más estatista de otros integrantes de la coalición). La tercera: las primeras declaraciones de los referentes económicos de Javier Milei fueron prudentes y oportunas para evitar la inestabilidad post devaluación: “Las deudas se pagan, el dólar paralelo está más cerca del techo que del piso y los bonos argentinos están baratos” (Darío Epstein díxit).
Pero arrancado septiembre todo cambió. Se activó a full el modo incertidumbre con los activos de riesgo corrigiendo y acomodándose a un viaje que se percibe turbulento en los próximos meses. ¿Cuáles son las razones que nos ayudan a explicar la corrección? En primer lugar se empiezan a difundir encuestas que posicionan mejor a Javier Milei y Sergio Massa para un ballotage aunque ambos con evidentes fragilidades a la vista.
En el caso de los libertarios hay idas y vueltas en la mesa chica respecto de la dolarización. Mientras el candidato acelera a fondo en su propuesta de eliminar la moneda local otros integrantes del espacio pisan el freno y relativizan cada punto: “No sabemos cuándo se abrirá cepo” (Diana Mondino) y “No se cierra el Banco Central” (Juan Napoli).
Cada vez son mayores las voces y visiones que presentan sus dudas sobre una dolarización sin dólares. Los mercados requieren de precisiones sobre los temas concretos y las misma no aparecen. Hasta se admiten por lo menos cuatro iniciativas diferentes para llevar adelante la muerte asistida del peso. En cuanto a Sergio Massa prevalece la incertidumbre respecto a su propuesta concreta para corregir los desequilibrios macroeconómicos.
Aún no aparecen certezas de un programa para estabilizar y recuperar el peso, sanear el déficit cuasi fiscal, terminar con la brecha, ordenar precios relativos y acumular reservas.
El enfoque del oficialismo sigue atrapado en las micro medidas y las tácticas para transitar el camino sin un colapso.
En lo relativo a Patricia Bullrich el recambio de todo su equipo económico tras las PASO despierta dudas.
Su primer y urgente desafío es demostrar capacidad para retener los votos obtenidos por el conjunto de Juntos por el Cambio. La llegada de Carlos Melconian busca torcer la tendencia en medio de dos candidatos que pujan para polarizar e instalarse en el ballotage. Ella tiene en este terreno una desventaja respecto de sus competidores. Estos encuentran más fácil agrupar a sus dos adversarios: Milei los califica de “casta” y Massa como “la derecha”.
La exministra de Seguridad aún no ha encontrado una fórmula simple para poner en una misma bolsa a los otros aspirantes.
Estamos entonces en un momento donde los mercados miran la política con el freno de mano puesto. Una suerte de “desensillar hasta que aclare”. Eso explica que mientras los candidatos aceleran y van en alza con sus campañas las acciones y los títulos públicos bajan motivados por la incertidumbre general.
La visión de los operadores podría simplificarse con un cuadro de fortalezas y debilidades: a) quien tiene más chance de hacerse con la victoria genera dudas respecto a su capacidad para construir equipos y realizar acuerdos que le faciliten la gobernabilidad, b) quien tiene más manejo y conocimiento respecto al funcionamiento y los mecanismos internos del Estado no termina de mostrar un horizonte de mediano y largo plazo y c) quien dispone del equipo económico más numeroso salió muy debilitada políticamente de la primaria.
Ante esta perspectiva probablemente las próximas semanas brinden un auténtico “sube y baja” de los indicadores financieros y todo tipo de ensayos de los búnkeres de campaña para mejorar en las encuestas. Quizás los dos debates previstos (1 de octubre en la Universidad Nacional de Santiago del Estero y 8 de octubre en la Facultad de Derecho de la UBA) aporten algo más de claridad.
Sendos encuentros que concitan la atención del electorado podrían ser el mejor escenario para privilegiar las definiciones efectivas antes que buscar entretener solo en base a las exposiciones efectistas.
* Analista político
En el caso de los libertarios hay idas y vueltas en la mesa chica respecto de la dolarización
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