Desde hace más de tres décadas Martín “Campi” Campilongo hace reír a los argentinos desde el teatro y la TV, y en los últimos días regresó a los escenarios con Los Bonobos, junto a Peto Menahem, Osqui Guzmán, Lizy Tagliani, Manuela Pal y Anita Gutiérrez.
En diálogo con Ciudad, el humorista reveló cuáles son sus expectativas con la vuelta de la obra que debieron suspender en pleno éxito por la pandemia, y también contó qué se llevó de estos meses de encierro y cómo afronta los cambios que se sucedieron en el arte de hacer reír en los últimos años.
“Nosotros estábamos primeros en la cartelera y vino la pandemia y tuvimos que bajarnos cuando teníamos el número ganador en la mano. Un bajón porque la hicimos dos o tres meses y bajamos el telón”, explicó Campi con respecto a la abrupta salida de Los Bonobos del teatro Lola Membrives en marzo de 2020 debido al cierre de los espectáculos públicos. Sin embargo, el artista explicó que en este 2021 estrena dos películas, una de las cuales ya pasó por la cartelera porteña en la reapertura de los cines.
“YO INTERPRETO A UN MUDO EN LOS BONOBOS. ESTUDIÉ LENGUAJE DE SEÑAS CON UNA MAESTRA, Y ESTUVE INVESTIGANDO MUCHO”
“Una es La panelista con Florencia Peña qué es un peliculón. Si la ves, vas a notar que hay muchos guiños a la gente de la industria de la televisión. Es un thriller de suspenso donde yo no hago nada de humor, es más hago de un terrible turro”, dice riendo el humorista, y aclara que en el cine deja de lado su faceta cómica.
“En cine nunca hice comedia, siempre hice papeles dramáticos. Habré hecho 20 películas y nunca hice nada de humor. Eso me encanta porque lo necesito como actor para estar aceitado, y para no enviciarme. Tanto la comedia como el drama te envician mucho y quiero una carrera más amplia”, asegura.
– ¿Qué vamos a ver en Los Bonobos?
– Yo hago de un mudo en un trío que completan un ciego y un sordo. Son tres amigos de toda la vida qué quieren enamorarse sin que las pretendientes noten estas diferencias. Es desopilante lo que sucede arriba del escenario con estos tres tipos tratando de disimular. Es una comedia romántica en la que se muestra como el amor supera a todo.
“LA PANDEMIA ME HIZO PAGAR DURO EL PRECIO PORQUE EN UNA SEMANA SE ME FUERON MI PAPÁ Y MI PADRASTRO”
– ¿Cómo te preparaste para interpretar tu personaje?
– Estudié lenguaje de señas con una maestra, y estuve investigando mucho todo este mundo.
– En esta ocasión ¿vas a dejar de lado tú clásicos maquillajes y disfraces?
– Sí, estoy a cara limpia, pero en ciertos momentos uso los maquillajes que hice porque, entre todos los artilugios que usan estos personajes para la conquista, el mío hace sus cosas también, y ahí sacó en algunos momentos mis máscaras.
– ¿Seguís haciendo las máscaras en tu casa con tanto trabajo que tenés por estos días?
– Sí, a esta altura es mi estilo. Lo mío es como cuando vas a un restaurante atendido por sus dueños. Es un poco mi sello. Yo concibo así mi laburo, no soy de los actores que llegan al set y los están esperando con una peluca y un vestuario. Yo a mis personajes los armo literalmente con ayuda de un vestuarista y, por ahí, con un maquillador que me ayuda si es algo específico. Cuando llegó al set, ya conozco el personaje y le pongo mucha preparación a mis cosas. El programa de Flor Peña te permite un trazo más grueso e improvisar de un día para el otro, y yo estoy un día entero armándolo todo. Arranqué con esto en la década de 1990 porque cuando empecé en el under no tenía un mango para comprarme las pelucas, entonces me las tenía que hacer yo encintándome la cabeza y pegándome barba de choclo. Y me fui perfeccionado al punto de que ahora puedo dar clase de eso, porque fueron 30 años haciendo pelucas, maquillajes, barbas y prótesis.
-¿Cómo te llevás con los protocolos anticovid que se establecieron en la TV y el teatro?
– Se nos hacen hisopados en la semana, aunque a mí me lo hacen a diario en el canal. Estamos con mucho cuidado, pero además el teatro es uno de los lugares más seguros. Es mucho más seguro que ir al almacén a hacer las compras.
“A MÍ DENISE ME ENAMORÓ COMO MADRE. ELLA TENÍA DOS HIJOS DE SU MATRIMONIO ANTERIOR, Y VERLA COMO MADRE ME VOLÓ LA CABEZA”
– ¿Cómo sobrellevaste el aislamiento?
– En lo laboral, yo seguí trabajando y además hice streamings con mi familia, que me dio una mano. Hice un unipersonal en pandemia con todos mis personajes, que fue bárbaro porque recibimos mucho apoyo del público y se agotaban las entradas. Me divirtió mucho porque a mí me gusta mucho curiosear, y fue todo un mundo nuevo para mí. Y de repente, sumar a mi familia, que estaba encerrada, fue muy bueno porque mis hijas jugaban a hacerme sonido y luces, y eso me pareció genial. Aparte, sin darme, cuentas les di herramientas para sobrevivir porque ellas capaz que quieren ser médicas, pero si quisieran dedicarse a esto ya van a saber cómo poner una luz en un set de grabación.
– Además de trabajar con ellas en el streaming, ¿qué otros cambios vivió tu familia durante la pandemia?
– La pandemia me hizo pagar duro el precio porque en una semana se me fueron mi papá y mi padrastro. Algo que veníamos llevándolo bastante bien, dentro de todo, nos pegó un raquetazo y nos cambió la realidad; y desgraciadamente muchas familias sufrieron lo mismo. Por otro lado, Denise (Dumas) es el mejor plan que tengo. Estar con ella es mi mejor plan, y a ella, gracias a Dios, le pasa lo mismo. Estuvo buenísimo en ese sentido estar obligados a estar tranquilos y juntos, encerrados en familia, esa parte estuvo muy bien. Tuvimos tiempo para descubrirnos, preguntarnos cosas personales con las chicas, pensar cómo nos veríamos en 30 años, cosas que sin tiempo no hacés. Salieron cosas buenísimas en ese sentido.
– ¿Qué es lo que te enamoró de Denise?
– A mí me enamoró como madre. Ella tenía dos hijos de su matrimonio anterior, y verla como madre me voló la cabeza. Hace 16 años que mantiene ese personaje, y ese amor por lo que más le gusta hacer a ella, que es ser madre, me tiene loco todavía.
– ¿Cómico se nace o se hace?
– Yo creo que las dos cosas. Se puede nacer y se puede hacer también. Con un buen terapeuta al lado, se puede hacer (risas) porque hay que romper ciertas estructuras internas para ser un buen comediante. El punto de partida es aprender a reírte de vos mismo, y no todo el mundo está dispuesto a eso. Un comediante actúa desnudo, todos son flancos débiles, pero para él no. Y te digo que cuando rompés esa barrera, tenés el mundo ganado.
– ¿Se enojó alguna persona por alguno de tus personajes?
– Una vez se enojó Carmen Barbieri por la imitación que le hacía, y daba notas diciendo que estaba furiosa. Y entonces la llamo y le pregunto qué le pasaba, porque yo la imitaba hacía rato, y me dice: ‘es que vos ahora me hacés con una panza grande, te ponés una botarga’. Y yo le dije ‘Carmen, no me pongo nada, es mi panza. Estoy gordo’, y se empezó a matar de risa y me dijo ‘seguí haciéndome como quieras, perdoname’” ¡Pensó que me había ensañado con ella y en realidad estaba gordo!
– ¿Y eso te hizo sentirte con una suerte de obligación de mantenerte en forma para hacer tus personajes?
– Yo hace poco fui al médico y me obligó a adelgazar 10 kilos así que dejé las harinas, y los azúcares y la vengo llevando bien. El tema es que yo soy adicto al helado, así que no trato de pensar en eso para no angustiarme. Soy muy cuidadoso con todos los permitidos porque mi cuerpo es mi herramienta de laburo. Una vez, Abel Pintos vino a Sin Codificar con la condición de que lo imitara y tuve que estar dos semanas preparándome para hacerlo. Y en La Panelista tuve que subir seis kilos para mi personaje.
“YA NO ME CAUSA GRACIA REÍRME DE LOS GAYS, NI DE LAS GORDAS NI DEL PELADO. A MÍ NO ME CAUSA GRACIA CUANDO QUIZÁ VEINTE AÑOS ATRÁS SÍ ME PASABA”
– Teniendo en cuenta lo que le ocurrió a José María Listorti y su esposa Mónica cuando Julieta Díaz se sintió ofendida por uno de sus videos de humor, ¿cómo te parece que se tendría que encarar el tema?
– Me parece que tendría que ser como es ahora. Estamos en épocas de muchos cuidados, pero eso te habla de una sociedad que está creciendo. En el caso particular de José María, me parece que Mónica, su esposa, acomodó muy bien esos tantos porque ningún fanatismo es bueno, y eso ‘los grises están mal’ no es así. Los grises son equilibrio. ¿Por qué tiene que ser todo negro o blanco, si existe el gris que es un color hermoso y equilibrante? En cuanto a los condicionamientos, hay límites que la sociedad ya tiene. Yo no tengo que estar mirando si piso una bomba: ya no me causa gracia reírme de los gays, ni de las gordas ni del pelado. A mí no me causa gracia cuando quizá veinte años atrás sí me pasaba. Yo soy parte de esta sociedad y como a la sociedad no le causa gracias, a mí, como parte de la misma, tampoco. Además, se descubre todo un abanico nuevo para hacer humor, estás obligado a afilar un poco más el lápiz, y eso está buenísimo.
– ¿Vas a volver con Noti Campi?
– ¡Ojalá! Volvería renovadísimo, con la realidad día a día vista con humor. Estaría buenísimo, me encantaría porque hay mucha gente que me lo pide por Instagram. Yo busco con mi humor juntar más que separar, que nos demos cuenta de que nos podemos reír de lo mismo, y que tenemos muchas más cosas en común que disidencias. Muchas más cosas. Y el humor es algo que te hace formar parte de un grupo que somos los argentinos. El humor es algo que une, no que separa, y yo voy por ese camino.
FUENTE: https://www.ciudad.com.ar/espectaculos/campi-especialista-arte-hacer-reir-humor-algo-une-yo-voy-camino_176082
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