Brenda Agüero, la enfermera acusada de la muerte de cinco bebés en el Hospital Neonatal de Córdoba, declaró por primera vez en el juicio, asegurando su inocencia y negando haber dañado a las víctimas. “Nunca le hice daño a nadie, mucho menos a un niño. Me han acusado injustamente”, afirmó. También señaló el impacto mediático del caso y las agresiones que sufrió en prisión.
En su declaración, Agüero describió su amor por la neonatología y relató cómo luchó por trabajar en el hospital. Actualmente, estudia abogacía desde la cárcel, buscando herramientas para defenderse. Sin embargo, evitó responder preguntas relacionadas con los hechos por los que está acusada, argumentando que aún no había leído completamente la causa.
El abogado de las familias, Carlos Nayi, contradijo la defensa de Agüero, calificándola de fría y mecánica. Según Nayi, existen pruebas contundentes contra la acusada, incluyendo testimonios de padres y registros que la vinculan a las muertes, ocurridas en la sala de recuperación, donde ella era la única encargada. Las autopsias revelaron que las víctimas fueron inoculadas con dosis letales de potasio.
Además de Agüero, otras 10 personas, incluidos funcionarios y personal del hospital, enfrentan cargos por encubrimiento, falsificación de documentos y omisión de denuncias. El juicio, que se espera dure seis meses, busca esclarecer uno de los casos más graves en la historia reciente de la salud pública argentina.
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