El kirchnerismo apretó el acelerador en medio de la campaña para avanzar en el Congreso con la reducción de la jornada laboral. Se trata de una serie de iniciativas que proponen jornadas que van desde las 36 horas semanales a las 40 sin reducciones salariales.
Sus impulsores aseguran que las empresas no se verán afectadas ya que la experiencia internacional indicaría que también se disminuye el ausentismo y los accidentes, y aumenta la productividad laboral.
El debate fue respaldado por sindicalistas y diputados del Frente de Todos y de la izquierda, mientras que la Unión Industrial Argentina (UIA) se opuso a esos proyectos y Juntos por el Cambio (JxC) planteó sus reparos con argumentos sobre dificultades en la diversidad del mercado del trabajo.
En ese marco, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, se mostró a favor de una iniciativa para reducir la jornada laboral, que en la actualidad está fijada en 48 horas semanales, pero señaló que eventuales cambios en esa materia deberían hacerse de “manera progresiva y escalonada”, al exponer ante la comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.
Al iniciar la reunión, la presidenta de la comisión, Vanesa Siley, recordó que la ley vigente -que establece 48 horas semanales- data de 1929 y consideró necesario iniciar un debate “para modernizar y actualizar la legislación laboral”, que cumplirá un siglo dentro de cinco años.
“Es la primera pero no va a ser la última. Vamos a hacer muchas más reuniones”, anunció la diputada del FDT y anticipó que la CGT “va a estar presente en la próxima reunión” de ese grupo parlamentario de trabajo.
La comisión analiza siete proyectos, de los cuales cinco corresponden al oficialismo -presentados por Claudia Ormaechea, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Eduardo Valdés y Mónica Litza- y dos a legisladores de la oposición, impulsados por el socialismo (Enrique Estevez) y por el Frente de Izquierda (Nicolás del Caño).
Por su parte, Ormaechea -autora de una de las iniciativas- destacó la importancia de avanzar en la reducción de la jornada laboral y señaló que ese tipo de debates se dieron “en todo el mundo con pruebas pilotos con resultados muy favorables”.
“Esta ley va a mejorar la distribución de los puestos de trabajo y en algunos sectores también la creación de puestos”, pronosticó.
Uno de los expositores que planteó reparos frente al impacto de una eventual reducción de la jornada laboral fue Julio Cordero, vicepresidente del Departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA). “¿Tanto dudamos de las negociaciones colectivas? ¿El Estado a qué viene? ¿Por qué no dejamos a la autonomía colectiva?”, se preguntó.
Desde la oposición, el radical Martín Tetaz, se definió como “un fan de la reducción laboral” pero advirtió que el mercado “es muy heterogéneo” y que en todos los sectores no se podrá compensar la reducción de horas con aumento de la productividad
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