Sensaciones distintas en la política el día después del debate antes del balotaje

Un paso adelante. Massa sorprendió al principio a Milei/afp

El post-debate presidencial dejó la sensación generalizada en el mundillo político de que el candidato oficialista Sergio Massa salió mejor parado. Sólo en La Libertad Avanza se escuchaba ayer un análisis absolutamente positivo de la actuación de Javier Milei. Incluso sus coyunturales socios del macrismo admitían que en líneas generales su actuación no fue buena.

El propio Milei le confesó al periodista Eduardo Feimann por Radio Mitre que a su entender él había ganado el duelo televisado porque, a pesar de las provocaciones, su rival no pudo sacarlo de eje. No logró despertar el personaje encolerizado que se hizo famoso en programas de televisión. Es un modestísimo “objetivo cumplido” para alguien que pretende conducir los destinos del país.

Analistas y políticos coincidían en el diagnóstico respecto a que Massa mostró ser un “político profesional”, tal vez el más profesional de todos los peronistas. Una “virtud” que lo llevó a dominar el debate, a copar la parada, incluso a “carpetear” al rival cuando lanzó la sospecha de su paso por el Banco Central mientras era un estudiante. La contraparte de esas miradas: el amateurismo achacado a Milei.

¿Pero no era, según todos los análisis que se han hecho de las PASO hasta acá, esa condición de nuevo, de “outsider”, la mayor virtud del libertario, aquel diferencial que lo llevó a las puertas de la Casa Rosada con menos de tres años de carrera en el lodazal de la política? ¿No era que por ser amateur y no profesional se erigió como la encarnación del voto bronca contra la clase dirigente de siempre? ¿La profesionalidad de Massa no expone su condición de “casta pura”, que Milei dice enfrentar como un cruzado?

Así, la sensación en la política es que resultaría improbable que cada candidato haya perdido alguna parte del voto que ya tenía consolidado antes del debate. Ni Massa con su avasallamiento por momentos chicanero ni Milei con su preocupación por no despertar al monstruo interno, que tal vez le haya sacado algo de esa desprolija espontaneidad que lo hizo famoso y tributario de lealtades absolutamente transversales. Se desperfiló para evitar lo que Massa quería, que era enojarlo.

La introducción de la figura de los “toseros” que hizo ayer Milei es una novedad auto explicatoria que nunca se había visto. Según el libertario, los invitados que llevó Massa al debate, sentados de su lado del escenario, tosían a propósito cada vez que él hablaba para desconcentrarlo, para hacerle perder el hilo del discurso.

Es probable que hayan existido picardías que no salen en cámara. Si es así, habrá que reconocer la “calle” de los massistas que deben haber tomado nota de aquel enojo de Milei en el programa del pelado Esteban Trebucq en A24, cuando retó a los técnicos del canal porque no hacían silencio mientras él hablaba. Estaban en medio de una medida gremial en reclamo de mejoras salariales. Aquel día, ese bullicio lo sacó. El domingo, en modo zen, se contuvo frente al toserío.

La llamativa insistencia de Massa en recomendarle a la audiencia que “googleen” a Milei para leer afirmaciones pasadas que fueron suavizadas o incluso sepultadas con el correr de la campaña, encontró una explicación ayer. La invitación del ministro/candidato no habría sido inocente: la búsqueda era direccionada como primera opción hacia una página (loquedicemilei.com) patrocinada por Unión por la Patria. O sea, por él mismo. No se aclara en ningún momento el objetivo partidario de la misma.

“El próximo 19 de noviembre la Argentina elige Presidente. Pero… ¿conocemos bien quiénes son los candidatos que participan del balotaje y cuáles son sus propuestas? En esta web, mostramos lo que de verdad piensa el candidato Javier Milei y cuál es su auténtico plan para nuestro país, en caso de ser electo presidente de la República”, se anuncia en el portal armado por el oficialismo. Para algunos observadores la jugada puede ser leída como campaña sucia aunque, hay que decirlo, Milei es un costal de contradicciones y auto desmentidas.

¿Y Massa no? Con 30 años de presencia en la política, en los que construyó aquella condición de profesional, el de Tigre se ha caracterizado por ir y venir todo el tiempo, por intercambiar aliados que luego fueron enemigos y viceversa. Como en su última versión que lo encontró como socio fundador del Frente de Todos con Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Por cierto, Google es lapidario en este punto. Milei jamás aprovechó eso en el debate.

Tampoco corrió al ministro por el lado más obvio: su pésimo manejo de la economía y el empeoramiento de todos los parámetros socio-económicos desde que asumió el cargo, en agosto de 2022. Milei era el retador y terminó siendo el retado por algo que no hizo: la posibilidad de gestionar el futuro. Esa destreza de prestidigitador, que en gran parte es natural en Massa, denotó que se había preparado muy bien para el encuentro en la Facultad de Derecho de la UBA.

Exponer la economía del Massa ministro hubiera puesto en aprietos al Massa candidato. Pero tal vez lo más incómodo para el de Tigre, lo que acaso lo hubiera sacado un poco de foco, podría haber sido que su rival le recordara los varios escándalos de las últimas semanas en materia de corrupción y manejo espurio de dinero público. Desde el “yate-gate” de Insaurralde, al espionaje ilegal armado por sus socios cristinistas hasta el episodio especialmente delicado de las tarjetas de Chocolate Rigau en la Legislatura, un circuito de dinero que involucra justamente al Frente Renovador massista. De nada de eso habló Milei en el debate cara a cara del domingo pasado, como casi ni lo hizo en toda la campaña que está por terminar. En el ejercicio de transmitir el “hambre de ser” Massa también le sacó ventaja.

Exponer la economía del Massa ministro hubiera puesto en aprietos al Massa candidato