Luego de una muy tensa reunión de los integrantes de la Cámara de Casación Penal, la jueza Ana María Figueroa anunció que pedirá una licencia extraordinaria a la Corte Suprema de Justicia por 30 días, con la intención de que, en ese tiempo, el Senado apruebe un nuevo acuerdo que le permita seguir en el cargo mas allá de sus 75 años. Esa es la edad tope establecida por la Constitución para continuar en la magistratura.
La jueza, que integra la Sala I del Tribunal, cumplió la edad limitante a principios de agosto. Pero no se jubiló, ni renunció. El kirchnerismo promueve un nuevo acuerdo para su cargo, que le permitiría quedarse otros cinco años. En el mundillo judicial Figueroa está abiertamente alienada con Cristina Kirchner, que tiene pendiente en Casación la resolución de un par de cuestiones judiciales sensibles para ella y su familia. Por eso es la principal interesada en que la magistrada continúe.
Pero la Vice no logra reunir los votos para convocar a la sesión de la Cámara alta donde debería tratarse el nuevo acuerdo. Sin ese aval del Senado, a Figueroa no le quedaba otra posibilidad que renunciar. Pero se rebeló y estableció que seguiría en su cargo sin ejercer funciones, sin firmar sentencias y relegando en el juez Mariano Borinsky su rol de presidente del Tribunal. Estuvo así casi un mes así.
El fin de semana trascendió que sigue cobrando su sueldo de 3,7 millones de pesos sin descuentos de Ganancias y eso aceleró la reunión inusual de ayer promovida por sus pares.
Duró más de tres horas y volverán a juntarse hoy para ver si puede prosperar el atajo propuesto por la propia jueza, la licencia por un mes, una salida para evitar que sea la Corte Suprema la que se pronuncie ahora mismo respecto a si Figueroa sigue siendo jueza o no.
Pero la movida no dejó conforme a todos los jueces de Casación. En el la reunión de acuerdo hubo un sector más duro, integrado por los magistrados Guillermo Yacobucci, Daniel Petrone, Diego Barroetaveña, Carlos Mahiques, Gustavo Hornos y Javier Carbajo. Y otro, digamos, más proclive a su postura donde se anotó Alejandro Slokar, que respaldó la posición de Figueroa y fue quien propuso la salida de la licencia extraordinaria, finalmente acompañada también por Borinsky.
La licencia extraordinaria permitiría cubrir la vacante de la vocalía 10, la que ocupa Figueroa, con otro juez que sería sorteado entre sus colegas y que cobraría por esa tarea un 30 por ciento más de su sueldo. Pero esa concesión depende ahora de la voluntad de la Corte. Detalle: si se la dan, implicaría un reconocimiento a que ella sigue siendo jueza porque sólo los magistrados en actividad pueden acceder a este beneficio.
¿Cómo explicó Figueroa que cuando cumplió 75 avisó que dejaba de firmar sentencias, como avalando la tesis de que dejaba de ser jueza y entraba así en una suerte de stand-by? Le echó la culpa al secretario que estaba tomando nota en la reunión. En efecto, dijo que que fue malinterpretada y que ella seguía siendo la presidenta de la Casación. De hecho en la reunión de ayer ocupó la cabecera de la mesa, donde se ubica el presidente. Borinsky, que teóricamente había asumido en su reemplazo, no se la disputó.
el argumento K
Lo dicho: en la Cámara de Casación hay posiciones contrapuestas en torno a la continuidad de la magistrada. Su más enfático defensor fue el juez Slokar, que entiende que Figueroa puede seguir a la espera de que el Senado le otorgue un nuevo acuerdo, ya que el trámite para conseguirlo está en desarrollo y su pliego tiene dictamen favorable en la comisión correspondiente. Es el argumento del kirchnerismo para avalarla políticamente.
La otra postura, la más dura que encarnaría intramuros el juez Yacobucci, dice que hay que cubrir la vacante con un subrogante porque Figueroa ya no es más jueza por aquello que dice la Constitución respecto a la cesación automática del cargo a los 75 años. De hecho, los duros querían que ayer mismo se designara al reemplazante temporario vía sorteo.
Figueroa no oculta su afinidad al kirchnerismo. Ha sido denunciante de la supuesta “gpersecución macrista”h en la Justicia, avala la teoría del “glawfare”h y viene fallando en coincidencia con las posiciones de Cristina o de ex funcionarios suyos acusados de corrupción.
El kirchnerismo la quiere seguir teniendo adentro de Casación porque allí debe resolverse aún sobre las siguientes cuestiones: la causa Hotesur-Los Sauces, donde Cristina Kirchner y sus hijos están sobreseídos en primera instancia -sin que se realizara el juicio correspondiente- por lavado de dinero y el Tribunal debe decidir si se reabre o no ese caso; y el llamado memorándum con Irán, con la vicepresidenta sobreseída también sin juicio oral.
Otras noticias
-
La muerte de Liam Payne: revelan detalles preliminares de la autopsia
-
Impacto de los coseguros en los planes básicos de salud para los afiliados
-
Diario El Día de La Plata
-
La Provincia autorizó el aumento a colegios privados del 11% en diciembre
-
Provincia: se cayó la sesión en el Senado para tratar el endeudamiento y la oposición criticó a Kicillof