Fortalecer las reservas del BCRA y calmar el frente externo: las dos urgencias que desvelan a Sergio Massa

Después de su nombramiento al mando del Ministerio de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Sergio Massa afrontará sus primeros desafíos dentro del Ejecutivo. Entre ellos, hay dos que se postulan como los más urgentes: engrosar el nivel de reservas del Banco Central (BCRA) y llevar calma a organismos como el FMI y el Club de París.

Massa publicó a través de su cuenta de Twitter su “hoja de ruta” para los primeros días de su gestión, que comenzará este lunes con la presentación de su equipo. Luego, el martes, renunciará a su banca en Diputados y el miércoles será designado formalmente para después informar su plan con la “mecánica de los primeros 10 días” de trabajo.

Las primeras señales del “Plan Massa”

“Reactivación económica y desarrollo productivo”, eran los primeros lineamientos que deslizaban cerca del aún titular de la Cámara de Diputados y señalaban las iniciativas que impulsó dentro de la Cámara baja –la elevación del piso del impuesto a las Ganancias y el alivio fiscal para monotributistas- como uno de los indicios sobre sus prioridades a la hora de conducir la cartera económica.

Sin embargo, luego comenzaron a aparecer algunas definiciones para resolver las cuestiones más urgentes de la economía. “Hay que fortalecer la fábrica de dólares”, repiten en el equipo de Massa. Y refuerzan: “Mejorar las reservas y estabilizar los números fiscales”. Para el círculo económico del ahora ministro, hay tres mecanismos para mejorar el ingreso de divisas: aumentar las exportaciones, atraer inversiones productivas y fomentar el turismo.

Por eso, antes de comenzar formalmente su gestión, Massa ya planea su primera gira internacional. Será un viaje en el que visitará a directivos del FMI, el Club de París e inversores de Qatar. Según pudo saber TN, el equipo trabaja en su primer viaje al exterior para la tercera semana de agosto. Los destinos que visitaría serían Washington, Nueva York, París y Qatar.

La mesa chica que trabaja sobre este viaje es José Ignacio de Mendiguren, Gustavo Pandiani y Guillermo Michel. También participan de la organización el asesor de la Casa Blanca, Juan González y el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello.

En el entorno de Massa quieren visitar a los directivos del departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Banco Mundial, el BID. También se planean encuentros con inversores y bonistas de Wall Street para llevar cierta tranquilidad a la tensión que despertó el corto paso de Silvina Batakis a cargo de Economía. Además, se planean reuniones con inversores institucionales y funcionarios del Fondo Soberano de Qatar.

A este panorama se suman otras medidas que se barajaron durante los últimos días y que esperan por una definición final. Una de las que circuló dentro del Banco Central fue la de aplicar un desdoblamiento cambiario. Si bien al principio esa idea quedó descartada por Miguel Pesce, quien no quería dejar entrever signos de devaluación, volvió a tomar fuerza en las últimas horas.

En la búsqueda de conseguir más dólares, también sobrevuela la posibilidad de reforzar el régimen del llamado “dólar soja” que el Gobierno anunció en los últimos días para estimular más la liquidación de divisas.

“El nuevo plan económico va a apuntar a fortalecer reservas”, aseguró un economista que trabajó con Massa y destacó su carácter pragmático a la hora de delinear sus decisiones. “Sergio es una persona muy realista y entiende sobre las restricciones presupuestarias. Va a ir a una regla fiscal creíble, de gastar lo que se recauda”, reflexionó.

Estos primeros objetivos, sin embargo, tendrán sus efectos en la economía. Para la consultora FMyA, a los indicios de los últimos días todavía le queda pendiente un interrogante: “Falta saber si este cambio incluye una devaluación del dólar oficial o que se siga formalizando un mayor desdoblamiento cambiario”, sostuvieron. “Los beneficios de una devaluación son aumentar las liquidaciones del agro, frenar la sangría de ‘dólar turista’ y normalizar un poco el mercado cambiario, pero los costos hoy son bien altos: devaluar con un piso de inflación del 7% y pobreza del 42% puede hacer naufragar rápidamente este ‘Plan Llegar’”, advirtieron.

Otro de los cambios que se anunciarían en los próximos días, según contaron fuentes de Gobierno a TN, es la fusión de ministerios dentro del Gabinete. Si bien esta no es una medida meramente económica, se sumaría a la lista de las señales de “achique” que vendrían a acompañar el cambio del equipo de Gobierno.

Fortalecer las reservas del Banco Central y reducir la demanda de energía

La pérdida de reservas es la situación que más apremia al Gobierno. De hecho, julio fue uno de los meses más complejos para el Banco Central, que cerró el mes con ventas por US$1275 millones, y aceleró una serie de medidas para contener la sangría, como la implementación del régimen “dólar soja” y la fuerte suba de las tasas de referencia.

Hasta el momento, según estimaciones privadas, las reservas brutas se ubican en torno a los US$38.000 millones. Este panorama abre también otro punto de conflicto: resolver los objetivos pactados con el FMI, que prevé que las reservas lleguen a US$5800 millones este año. “Contra diciembre, acumulan una baja de US$570 millones, lo que contrasta con la meta acordada con el FMI de sumar US$4400 millones hacia fin del tercer trimestre”, indicaron en la consultora LCG.

El principal motivo del drenaje de divisas tiene que ver con la importación de energía. Según pudo saber TN a través de fuentes oficiales, por la última semana de julio y agosto se preveía un requerimiento de US$1800 millones para pagar barcos de Gasoil y GNL ya comprados, sumado a los compromisos mensuales del gas con YPFB de Bolivia.

Pero de ese total, Silvina Batakis había pedido reducir la necesidad de dólares, por lo que se reprogramaron para septiembre le llegada de dos barcos de gasoil y uno de Fuel Oil –que representan US$143 millones- y se devolvieron tres barcos de GNL que significan US$160 millones.

En términos energéticos, los meses entre junio y agosto concentran los mayores niveles de importación de GNL y gasoil. “Esto seguirá siendo así mientras no esté absolutamente operativa la aviación de los gasoductos y podamos reemplazar con Gas Argentino esos combustibles importados”, reconoció un funcionario ante la consulta de este medio.

Sin decirlo abiertamente, el Gobierno apuesta a que la demanda de importaciones de energía se reduzca para el noveno mes del año y se cristaliza el objetivo de pasar el invierno. O dicho de otro modo: llegar a septiembre para que se desaceleren los requerimientos más costosos y comience a funcionar la fábrica de dólares que ansía Sergio Massa.

Con la colaboración de Sebastián Aulicino.

FUENTE: https://tn.com.ar/economia/2022/08/01/fortalecer-las-reservas-del-bcra-y-calmar-el-frente-externo-las-dos-urgencias-que-apuran-el-plan-massa/

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