Juan Schiaretti cosechó en la elección del domingo 1.784.315 votos (7 por ciento). Eso es casi el doble que los 907.437 que había logrado en las PASO y representa un caudal de sufragios nada despreciable para los dos candidatos que irán a la segunda vuelta presidencial, Sergio Massa y Javier Milei.
Apoyado en el malestar del interior agrario y aprovechando el derrumbe de Juntos por el Cambio, el gobernador cordobés (que quedó detrás de Massa, Milei y Patricia Bullrich) pescó acaso votos en la pecera del larretismo, sumó al menos cuatro diputados a su fuerza y pudo consolidarse como una alternativa peronista no kirchnerista.
Mejor le fue a Schiaretti en su provincia natal, donde quedó segundo por 105 mil votos de diferencia debajo de Milei. En tanto que superó a Bullrich por 146 mil sufragios.
Lo cierto es que con sus casi 1,8 millones de votos, Schiaretti se posicionó como un actor clave para la definición de la segunda vuelta. Sin embargo, en la noche del domingo evitó inclinarse por alguno de los candidatos: “A partir de nuestra irrupción, tendrán que tomar la agenda federal, sea quien sea el que gobierne”, dijo e insistió: “Nadie va a tener una mayoría nítida en el Congreso, y ahí estaremos nosotros, junto a otras fuerzas planteando la agenda federal”, para finalmente subrayar: “Ahora que nadie tiene mayoría, va a ser la hora de que nos juntemos aquellos que queremos federalismo en serio y desde el Congreso planteemos esta agenda federal”.
Sin confrontar abiertamente con ninguno de los presidenciables en competencia, envió felicitaciones a ambos candidatos, “porque uno de ellos dos será el presidente”, se limitó a decir.
En tanto, y según medios cordobeses, en el schiarettismo señalaban que la letra chica de un eventual acuerdo para inclinar la balanza en el balotaje correrá por cuenta de Martín Llaryora, “el gobernador electo que deberá lidiar con el próximo presidente, sea Massa o Milei”.
El trazo fino respecto del rol del peronismo cordobés en noviembre será uno de los ítems en la negociación que tendrán los dos gobernadores en los próximos días.
Sin embargo, buena parte de la dirigencia del peronismo cordobés tenía decidido salir a militar para Sergio Massa. Lo que en la provincia serrana interpretaban como una presión para Llaryora, de históricos lazos con el ministro de Economía, pero a la vez un competidor interno en el poskirchnerismo.
Otras noticias
-
La muerte de Liam Payne: revelan detalles preliminares de la autopsia
-
Impacto de los coseguros en los planes básicos de salud para los afiliados
-
Diario El Día de La Plata
-
La Provincia autorizó el aumento a colegios privados del 11% en diciembre
-
Provincia: se cayó la sesión en el Senado para tratar el endeudamiento y la oposición criticó a Kicillof