CÓRDOBA.- La decisión del Gobierno de cortar las exportaciones de carne por 30 días generó enojo e incertidumbre en los importadores de distintas partes del mundo que no esperaban una medida así. En China -el mercado al que llega el 74,4% de los despachos de carne local- se enteraron mientras se lleva adelante la “Sial China”, una de las ferias internacionales más importantes del mundo para alimentos. Para la “marca país” es un golpe fuerte.
La Sial es un espacio clave para las relaciones comerciales. De hecho, desde Cancillería se convocó a empresas a participar. El país tiene un stand montado. “Estaban movilizados por la noticia y por la falta de precisiones respecto a cómo se efectivizará –dice a LA NACION– la trader Ornella Bonansea, quien trabaja con China desde hace siete años. Hay contratos con carga para fines de este mes y para junio y no sabemos qué pasará”.
Bonansea opera con varios frigoríficos de la Argentina y envía unas 1000 toneladas mensuales a importadores directos y distribuidores en China. Socia de un uruguayo que opera con carne de ese origen y de Brasil, la ejecutiva advierte que una interrupción como la anunciada “facilita el ingreso de esos países que cumplen contratos, embarcan a tiempo y tienen precios hasta US$100 y US$150 menos la tonelada. Son prolijos”.
En la Sial –donde hay pocos extranjeros por la pandemia- las operaciones son escasas ya que hay reticencia a poner precio a productos en general por el actual contexto. Para Bonansea, la decisión argentina impactará “muy fuerte” y generará una suba de precios.
Bloom Consulting elabora un ranking internacional que analiza la efectividad de las estrategias para crear una marca país y su posterior impacto en el PBI. La carne es “el” producto asociado a la Argentina en el mundo. “Si es una resolución que no tiene que ver con salud o control de calidad, fomenta posibles clichées que pueden existir sobre la Argentina, es fatal, es como si de repente Alemania deja de proveer Volkswagen”, grafica desde España, el presidente de la consultora, José Filipe Torres.
Después de esa aseveración advierte: “Alemania aguantaría más porque la marca es más robusta, más fuerte. En el caso de la Argentina no es así, en especial en industria más allá de que la carne no sea directamente ese sector. Como ya tiene una marca débil, es peor”.
Filipe Torres insiste en que un problema en un país como Alemania o Japón no hace que se cuestione la marca ni la reputación “por un episodio”, pero cuando ya la marca es débil -”como la argentina en la esfera de los negocios y de gobernanza”- las percepciones asociadas (son “clichés y no importa si son reales o no”) se disparan y el “daño es mayor”.
Anticipar compras
Roberto Jellinek tiene la importadora Building Bridges Ltd en el Reino Unido. En el caso de la carne es distribuidor y apenas se anotició del cierre de las exportaciones, compró a su proveedor de la Unión Europea (UE) 4000 kilos para afrontar el próximo mes que coincide con la temporada alta en el país que, además, empieza a salir de la pandemia.
“La interrupción nos mata –afirma tajante-. En el caso de los restaurantes (sus principales clientes) puede llevar a cambiar un menú porque hay cortes que no tienen reemplazo, como la entraña. Ya hubo ruidos porque cuando China abrió sus puertas, empezaron a descuidar a la UE que fue el principal cliente durante años. Ya se ve la presencia mayor de Uruguay”.
Mauricio Tripodi, dueño de la importadora DAT en Alemania que distribuye en toda la UE, ratifica que para la programación de operaciones “cae como un cachetazo porque acá recién se está saliendo de la pandemia y se espera trabajar más”.
“Hay sorpresa, desconfianza. Es una medida difícil de entender porque la Cuota Hilton es un 7% u 8% de la media res -afirma Tripodi-. Nos obligan a buscar otras opciones, la Argentina seguirá perdiendo mercado porque una vez que convenciste a un comprador tenés que ofrecerle otras alternativas que las hay, como Uruguay, Irlanda o Paraguay. El riesgo es que, si el cliente se queda contento, cuando querés volver tenés que ir por precio”.
Eduardo Ríos Centeno, de la importadora Rellman Foods SA que distribuye en toda la UE carne argentina, confirma que los problemas “de credibilidad” que la Argentina ya tiene “se aumentan con estas decisiones” en un mercado “dañado” por la pandemia.
“La carne argentina tiene buena reputación pero no es de ayer, llevamos décadas en búsqueda de clientes –agrega-. No somos los únicos en el mercado y esta medida beneficiará a Uruguay y Australia. Paraguay no es lo mismo, pero se está acercando. Hay clientes que no vuelven; no es gratis este tema. Los que se lanzaron y defienden la carne argentina duda mucho en volver”.
Ríos Centeno recuerda que en el 2006 -cuando Néstor Kirchner ordenó un cierre por seis meses de las exportaciones- perdió una cadena de supermercados que tenía como cliente: “Nunca más volvió”.
Subraya que el otro problema de la Argentina es que “no hay política de carnes; es muy cara de producción, exige tiempo y financiamiento. La parte industrial requiere inversión y tecnología y a ellos les están diciendo ‘se acabó la materia prima’. La exportación es un circuito distinto al del mercado argentino; es facilismo decir que la carne aumenta porque se exporta. Se está haciendo un daño enorme por efectos mínimos”.
FUENTE: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/cepo-a-la-carne-desconcierto-en-china-en-los-restaurantes-de-europa-y-una-marca-golpeada-nid19052021/
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