Tras el trágico accidente en helicóptero que resultó en la muerte del presidente Ebrahim Raisi, Irán se enfrenta a un cambio significativo en su liderazgo. Mohammad Mokhber, el vicepresidente primero, ha sido designado como el líder interino del país. Sin embargo, su posición necesita la aprobación del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, antes de que pueda organizar nuevas elecciones presidenciales, previstas en un plazo máximo de 50 días según la Constitución iraní.
Mohammad Mokhber, una figura previamente influyente en el sector económico y político iraní, asume esta responsabilidad en un momento crítico. Con su amplia experiencia administrativa y sus conexiones internacionales, incluyendo negociaciones con Rusia, su liderazgo es crucial para guiar a Irán a través de este período de transición.
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